martes, 14 de abril de 2015

Una odisea al vivir.

La vida es como un tren. Repleto de subidas y bajadas, grandes sorpresas en algunas y tristezas en otras.  Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje.

Pero la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna parada, y nos privarán de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. No obstante, esto no impide que se suban otras personas que nos serán muy especiales. Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros amores.
De las personas que cojan este tren. Estarán los que solo den un simple paseo, otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje, y  otros que circulando por el tren, siempre estarán listos para ayudar cuando lo necesites. Muchos al bajar dejan una morriña permanente; otros que pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que se han ido. 

Es curioso...algunos pasajeros, a los que amamos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el viaje separados de ellos. Eso sí, no se nos impide que durante el viaje, recorramos nuestro vagón y lleguemos a ellos, pero, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. 


No importa, el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos.  Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos, buscando en cada uno lo mejor. 


El gran misterio, es que no sabremos jamás en qué parada bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros amigos, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado. Así que vive como te gusta vivir, y sobre todo rodeado de la gente que haga de tu vida, un gran viaje.


No hay comentarios:

Publicar un comentario